Con demasiada frecuencia observamos cómo ciertos delitos, principalmente en materia de violencia de género, delitos contra la libertad sexual o incluso de incendios, son cometidos por personas anteriormente investigadas por hechos semejantes.
Resulta complejo para la ciudadanía comprender cómo alguien que ya traspasó anteriormente el umbral delictivo, puede volver a hacerlo con absoluta impunidad y sin que la sociedad pueda evitarlo, pese a tratarse de delitos con una resaltable estadística de reiteración.
¿Qué dice el Código Civil?
El derecho español prevé, en los artículos 6.1 y 95 y siguientes del código penal vigente, junto a la imposición de la pena que da respuesta a la culpabilidad en un concreto actuar delictivo, la posible imposición de medidas de seguridad destinadas a dar una respuesta a la peligrosidad de ciertos tipos de supuestos delictivos.
Es en este campo en el que quizá se debería actuar en el plano legislativo si queremos reducir la sensación de desamparo social que sigue tras cada nueva comisión de uno de esos concretos delitos en los que la reiteración es frecuente.
Libertad Vigilada.
De entre estas medidas la de libertad vigilada, desarrollada en el artículo 106 de dicho código, es siempre mucho menos lesiva que la propia privación de libertad y algo en lo que las nuevas tecnologías asumen un papel esencial; ya que permiten una discretísima localización permanente del sujeto potencialmente peligroso durante un tiempo determinado y siempre bajo control judicial. Un sencillo dispositivo electrónico, portado en lugar discreto del cuerpo, no estigmatiza a un sujeto considerado judicialmente como potencialmente peligroso y podría servir para disuadirle de una futura reiteración delictiva, al saberse permanentemente controlado.
Una necesaria protección social.
Asumir que en ciertos tipos de delitos, la sagrada presunción de inocencia no tiene por qué ser incompatible con el derecho del resto de los ciudadanos a reducir su riesgo a terminar siendo víctimas de conductas delictivas muy graves y con probada reiteración estadística, entiendo que es algo cada vez más necesario. Mirar hacia otro lado, solo sirve para menoscabar la credibilidad en el sistema judicial y abonar el terreno para que, entre la ciudadanía, terminen calando soluciones mucho más peligrosas para el buen funcionamiento de un Estado de Derecho.
Rafael Arangüena
Abogado